La plaza de Santo Domingo

Teodoro Torres y Susana Navarro dedicaron gran parte de sus vidas a crear una vasta obra de esculturas en plomo que, a su vez, animan escenas de la historia social de México. En 2007 sus esfuerzos fueron reconocidos al otorgárseles el Premio Nacional de Ciencias y Artes, en la categoría de Artes y Tradiciones Populares.

El matrimonio se dedicó a confeccionar miniaturas de soldados, indígenas de diversas etnias, héroes y figuras populares, y su "espíritu de renovación" los llevó a producir conjuntos inspirados en murales, pinturas y litografías, como La Plaza de Santo Domingo (su obra maestra según Carlos Monsiváis) basada en un trabajo de investigación en litografías del Siglo XIX, que incluye 121 personajes y cuya elaboración llevó dos años. La pieza forma parte del acervo del Museo del Estanquillo, recinto que alberga las colecciones del escritor y periodista.

Con casi cinco siglos de historia, la Plaza de Santo Domingo -recientemente llamada Jardín de la Corregidora- es una de las más bellas muestras de la arquitectura colonial y parada obligada para quien visita el corazón de la capital mexicana.

En sus primeros años la plaza formó parte de lo que fue un solar de los frailes dominicos, quienes se establecieron en esa zona para construir el Templo de Santo Domingo, el cual quedó ubicado frente al Palacio de la Inquisición, actualmente ocupado por el Museo de la Medicina. En los alrededores estuvieron la Antigua Aduana y la Casa de Diego y Pedraza.

A lo largo de los años la Plaza de Santo Domingo ha ganado fama como un lugar de gran dinamismo y una legendaria actividad comercial que se remonta a varios siglos atrás, por lo cual es considerada como uno de los espacios con mayor importancia en el Centro Histórico de la Ciudad de México, siendo únicamente superada por el Zócalo Capitalino.

La Plaza de Santo Domingo se exhibe del 23 de noviembre de 2019 al 9 de febrero de 2020, en la Sala Pieza del mes del MAP.