Todos somos Chaac

Es una muestra en la que ORLAN construye la lectura de una memoria colectiva más allá de las diferencias culturales, plásticas o generacionales. Inspirada en la colección del Gran Museo del Mundo Maya de Mérida, Yucatán y de las grandes representaciones icónicas de la propia Cultura
Maya. “Es una manera -afirma- de establecer un diálogo con los artistas que ya no están”.

ORLAN se caracteriza por incorporar a sus obras técnicas científicas y médicas, como la cirugía y la biogenética, y hace de su propio cuerpo el medio.

Su nombre, afirma, lo escribe en mayúsculas porque no quiere someterse a las reglas, ni que la inscriban en una línea. Es una artista que no busca estar sujeta a un material, a una práctica artística, a una manera de decir las cosas, a una técnica o a una tecnología antigua o moderna.

Ella trata de decir las cosas importantes de su época interrogando siempre los fenómenos de la sociedad, con una distancia crítica. Trabaja sobre el estatus del cuerpo en la sociedad a través de todas las formas de presión: culturales, tradicionales, políticas y religiosas que se imprimen en los
cuerpos y en particular en el cuerpo de las mujeres.

Realiza sus primeros performances en Saint Etienne, su ciudad natal, en 1964. En 1978 tiene lugar su primer performance quirúrgico como fundadora del Simpsium de Performance de Lyon, Francia. 

La artista presenta una pieza fotográfica intervenida digitalmente, la cual tuvo como base su cuerpo, en la que se muestra su “rostro híbrido” con esculturas de nuestros antepasados. “Ella trabaja la foto original y superposa su propio rostro”, señala la curadora Leila Godet Voight.

ORLAN no sigue una técnica en particular, trabaja sobre los cuerpos, la religión y la tradición, que le permite mostrar sus modificaciones corporales como lo hacían los mayas. “La mayor parte de la civilización representa al hombre y yo las volví femeninas”, comentó. 

Demián Flores, por su parte, trabaja en el tema de la hibridación desde la década de los noventa. En su serie de esculturas, el artista oaxaqueño mezcla personajes y animales, inspirado en piezas precolombinas, para realizar en cerámica representaciones anacrónicas, amalgamándolas con
figuras simbólicas de la sociedad moderna.

En una transposición sociopolítica, sacude el inconsciente colectivo marcado por un residuo de la colonización española, para reflexionar en torno a los vínculos invisibles entre la historia prehispánica de las principales civilizaciones del país, incluyendo la maya, y la doctrina cristiana de la actualidad.

Todos somos Chaac inaugura el sábado 3 de febrero de 13 a 15 horas en el MAP y permanece en exposición hasta el 31 de marzo de 2024